Un mensaje oficial emitido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, con motivo del 204 aniversario de la independencia de Guatemala, ha sido presentado por el gobierno de Bernardo Arévalo y sus aliados como un gesto de buena relación bilateral. Sin embargo, el contenido del comunicado evidencia más una subordinación política y operativa al gobierno de Donald Trump que una alianza estratégica entre iguales.
El pasado 10 de septiembre, el secretario de Estado de los Estados Unidos, a través de un comunicado publicado en el sitio oficial del Departamento de Estado, ofreció un saludo a Guatemala por la celebración de su independencia. El texto, que en apariencia celebra los lazos bilaterales, contiene elementos que demuestran una postura de obediencia casi total por parte del gobierno de Bernardo Arévalo frente a la administración de Donald Trump.
El comunicado destaca:
“Bajo la presidencia de Bernardo Arévalo, Guatemala ha recibido de regreso a miles de personas repatriadas desde Estados Unidos y también ha extraditado a muchos criminales peligrosos en estrecha cooperación con las autoridades estadounidenses.”
El mismo mensaje menciona la firma de acuerdos “históricos” entre ambos gobiernos para modernizar infraestructura, mejorar la gestión migratoria y ampliar la cooperación en seguridad. Sin embargo, estos acuerdos aún no se han traducido en proyectos reales, mientras que las demandas de Washington ya se están cumpliendo puntualmente desde la Casa Presidencial en Guatemala.
Durante la reciente visita del secretario Marco Rubio a Guatemala, el presidente Arévalo se comprometió públicamente a triplicar la cantidad de guatemaltecos deportados que el país puede recibir, incluyendo migrantes provenientes de otros países que serán redirigidos desde territorio estadounidense. Además, ante el anuncio de Trump de deportar a cientos de niños guatemaltecos no acompañados, el gobierno guatemalteco respondió con sumisión, afirmando que los recibiría “sin objeción” y sin exigir asistencia para garantizar una repatriación digna.
Estas acciones no reflejan una relación de cooperación equilibrada, sino una ejecución directa de los intereses migratorios y geopolíticos de Estados Unidos por parte del Ejecutivo guatemalteco. Lejos de defender la soberanía nacional o exigir respeto por los derechos de sus ciudadanos, el gobierno de Arévalo ha optado por alinearse sin condiciones con las políticas de deportación y control fronterizo de Trump.
El comunicado también hace referencia a inversiones futuras en infraestructura, incluyendo proyectos portuarios y viales. No obstante, hasta el momento, no existe ningún avance concreto, y todo se limita a planes que difícilmente podrían ejecutarse durante el actual mandato. A cambio, Guatemala ya está entregando soberanía, permitiendo que Estados Unidos administre en el futuro áreas estratégicas como los puertos nacionales, sin garantizar beneficios inmediatos para el país.
El mensaje del Departamento de Estado no es un reconocimiento a la gestión de Arévalo, sino un recordatorio público del control que la administración Trump ejerce sobre el gobierno guatemalteco. La aparente «buena relación bilateral» no es otra cosa que una subordinación evidente, en la que el gobierno guatemalteco actúa como ejecutor de las órdenes dictadas desde Washington. Con un liderazgo débil y complaciente, Arévalo abre la puerta para que nuevas imposiciones lleguen desde Estados Unidos, consolidando así una política exterior dependiente y ajena a los verdaderos intereses nacionales.
https://www.state.gov/releases/office-of-the-spokesperson/2025/09/guatemala-national-day