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WhatsAppLos diputados Brenda Mejía y Luis Ventura, integrantes de la bancada oficialista del extinto partido Movimiento Semilla, protagonizaron una polémica incursión en instalaciones educativas ubicadas dentro de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Según el Colegio Rey Carlos II, el ingreso fue abrupto, sin autorización, y con actitudes consideradas inapropiadas para un entorno escolar. Testigos señalan además que la visita buscaba imponer material con ideología de género LGBT y lanzar ataques verbales contra autoridades universitarias.
El hecho ocurrió la mañana del 28 de mayo, cuando los diputados Mejía y Ventura, acompañados de un grupo no identificado y con equipo de grabación, ingresaron sin previo aviso a las instalaciones del Jardín Infantil y Colegio Rey Carlos II, ubicado dentro de la USAC. Esta institución atiende desde hace más de dos décadas a hijos de estudiantes y trabajadores universitarios, en edades desde los 40 días de nacidos hasta preescolar.
De acuerdo con el comunicado oficial emitido por el colegio, los legisladores utilizaron un tono altisonante y expresiones vulgares al dirigirse al personal educativo. Esto generó tensión e incomodidad, en especial por encontrarse los niños iniciando su jornada dentro de sus aulas. El personal y padres de familia intervinieron de inmediato para impedir que los diputados accedieran a las áreas donde se encontraban los menores, priorizando su integridad emocional y física.
A través del documento, el colegio dejó claro que la irrupción fue percibida como un abuso de autoridad y una falta de respeto hacia los protocolos internos de seguridad. Además, reiteró su compromiso con el interés superior de la niñez, citando la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia y la Ley de Protección de la Persona Consumidora y Usuaria.
Por otra parte, testigos denunciaron que la acción fue parte de una campaña con fines ideológicos, donde los diputados pretendían distribuir material con contenido de ideología de género y realizar ataques verbales contra las autoridades de la USAC, lo que ha sido interpretado como parte de una estrategia de presión política para tomar control de espacios dentro de la universidad.
