La presencia de agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) en los principales puertos marítimos de Guatemala será una realidad a partir de esta semana. La medida fue confirmada tras la firma de un memorando de entendimiento con la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y ha sido interpretada como una respuesta directa a los señalamientos sobre relaciones opacas del gobierno de Bernardo Arévalo con China continental.
El acuerdo contempla que los agentes de CBP tengan acceso físico y remoto a las operaciones de inspección de contenedores en puertos como Santo Tomás de Castilla y Puerto Quetzal, además de eventual presencia en el Aeropuerto Internacional La Aurora. Se trata de una intervención sin precedentes en temas de soberanía portuaria.
Fuentes en redes sociales y denuncias públicas evidenciaron presuntos negocios irregulares entre autoridades guatemaltecas y empresas chinas, lo cual habría motivado a la administración estadounidense a acelerar el monitoreo conjunto. Incluso se señala que las negociaciones del hermano del presidente, Martín Arévalo, también serían vigiladas desde plataformas internacionales como Itslí.
“Esto nos permite contar con un andamiaje para fortalecer el intercambio de información”, dijo Werner Ovalle, jefe de la SAT, reconociendo la presión internacional para transparentar el sistema aduanero guatemalteco.
La presencia de Estados Unidos incluye además la instalación de un “centro de perfilamiento” y capacitación especializada para el personal guatemalteco, a fin de detectar amenazas en la cadena logística y frenar el contrabando y lavado de dinero.