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WhatsAppEn el marco del 40 aniversario de la Constitución Política de la República de Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo encabezó un acto de bajo perfil donde otorgó la Orden del Quetzal a tres constituyentes reconocidos por haber impedido el intento de golpe de Estado en 1993. El evento, marcado por la escasa presencia de funcionarios de alto nivel, se dio en un contexto de crisis nacional, con hospitales desabastecidos, protestas del magisterio y un repunte alarmante de la inseguridad.
El acto se llevó a cabo en un formato discreto y limitado a un círculo cerrado del Ejecutivo. Entre los pocos presentes destacaron el Procurador General de la Nación, Julio Saavedra, miembros de la Junta Directiva del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG) y la viceministra de Relaciones Exteriores, María Ramírez.
Durante su discurso, el mandatario resaltó la importancia de la verdad como pilar de la democracia, afirmando que “la verdad debe prevalecer, aunque incomode”, pese a los constantes señalamientos de manipulación y censura en las redes sociales oficiales del gobierno, algo por lo cual su administración ha sido ampliamente criticada tanto por ciudadanos como por observadores internacionales.
El homenaje se da en reconocimiento a tres constituyentes que defendieron el orden constitucional en 1993, durante el autogolpe promovido por el entonces presidente Jorge Serrano Elías. No obstante, el evento contrastó con la realidad actual del país, que enfrenta una crisis sanitaria por la falta de insumos en hospitales públicos, manifestaciones del sector magisterial por incumplimientos salariales y un incremento sostenido de hechos de violencia armada en todo el territorio nacional.
La ceremonia también podría representar la última actividad oficial del presidente Arévalo antes de emprender una gira internacional hacia Taiwán y Japón la próxima semana. Se desconoce si lo acompañará su esposa, Lucrecia Peinado, quien sigue fuera del país y se prevé que se le una directamente en Asia, según confirmaciones recientes del Ejecutivo.
Cabe recordar que el presidente Arévalo designó en 2024 como cónsul en Japón a su exesposa, Eva Rivara Figueroa, madre de sus hijos, con un salario mensual de 15 mil dólares, lo que generó polémica por posible nepotismo y uso discrecional de puestos diplomáticos.