La Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo (CODISRA), bajo el mandato del presidente Bernardo Arévalo, generó polémica al calificar como racismo el uso de indumentaria indígena en las celebraciones patrias, particularmente en las actividades escolares conocidas como “mercaditos”. La postura ha sido criticada por promover una narrativa excluyente que pone en duda tradiciones cívicas históricas en el país.
En el marco de las fiestas patrias, la CODISRA publicó en sus redes sociales una declaración en la que señaló que la indumentaria de los pueblos indígenas “no es un disfraz, ni un accesorio folclórico, sino memoria viva, identidad y dignidad”. La publicación añadió que en esta época de celebración debe prevalecer el respeto como base de la convivencia, cerrando con la frase: “Al racismo se le dice no en todo momento y en todo lugar”.
Aunque la comisión no mencionó directamente actividades escolares, el mensaje fue interpretado como una crítica abierta hacia los tradicionales “mercaditos” escolares, organizados cada septiembre en miles de escuelas públicas y privadas. Estas actividades han sido históricamente utilizadas como herramientas pedagógicas para enseñar civismo, cultura e identidad nacional a los estudiantes, incentivando la participación activa de niños, padres y docentes.
Sin embargo, con la reciente declaración, la CODISRA da a entender que la participación de personas que ellos consideren no indígenas usando trajes típicos guatemaltecos podría considerarse un acto de racismo, incluso si se realiza con fines educativos y de respeto cultural. Esto ha encendido las alarmas entre sectores educativos y sociales, que advierten sobre una visión ideológica extrema que pone en entredicho prácticas cívicas consolidadas.
En gobiernos anteriores, esta comisión funcionaba como un ente técnico encargado de asesorar y dar seguimiento a denuncias reales de discriminación. Su rol era garantizar derechos y promover la inclusión. No obstante, bajo la administración de Arévalo, la comisión parece haber adoptado una línea ideológica alineada con grupos indígenas vinculados al movimiento Semilla, alejándose de su enfoque institucional original.
La contradicción también ha sido señalada por distintos analistas: se denuncia racismo por usar símbolos culturales nacionales en espacios educativos, pero al mismo tiempo se prohíbe su uso a quienes no pertenezcan a los llamados “pueblos originarios”, lo cual podría constituir, irónicamente, una forma de segregación cultural promovida desde el Estado.
La postura adoptada por la CODISRA abre un debate sobre el verdadero propósito de esta institución y el rumbo ideológico que ha tomado bajo la presidencia de Bernardo Arévalo. Lo que antes eran actividades cívicas orientadas al respeto y la educación, ahora corren el riesgo de ser criminalizadas como actos de racismo. Queda por verse qué medidas tomará el gobierno frente a estas expresiones culturales escolares, y si se intentará imponer sanciones o limitaciones a padres, docentes y niños que, sin intención ofensiva, participan en celebraciones patrias que forman parte de la identidad nacional guatemalteca.