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WhatsAppLa violencia volvió a sacudir el corazón de la capital este martes 2 de septiembre al mediodía, cuando el abogado Edwin Mayén García fue brutalmente asesinado a balazos en la 3ª avenida entre 5ª y 6ª calle de la zona 1, a escasos metros del Conservatorio Nacional de Música.
Según información preliminar, Mayén fue atacado frente a su propio despacho por sujetos armados que le dispararon a la cabeza en repetidas ocasiones, sin que las fuerzas de seguridad pudieran intervenir. Familiares y allegados confirmaron su identidad y lamentaron que la víctima, quien ya había sobrevivido a un atentado armado en 2014, no recibiera la protección que ameritaba por los riesgos de su labor profesional.
El abogado era conocido por llevar casos de alto impacto, entre ellos los de Aldo Dupie Ochoa Mejía, alias “El Lobo”, líder de la pandilla Barrio 18, y María Marta Castañeda, pareja del cabecilla.
Este nuevo hecho criminal evidencia, una vez más, la incapacidad del gobierno del presidente Bernardo Arévalo, quien prometió devolver la paz y la seguridad a los guatemaltecos, pero cuya administración parece cada vez más desbordada por la ola de homicidios y ataques armados.
Mientras el mandatario se concentra en promover su agenda política e ideológica, la ciudadanía sigue siendo rehén de la delincuencia en las calles, incluso en las zonas más transitadas y supuestamente vigiladas de la capital.
El asesinato de Edwin Mayén no solo enluta a su familia, sino que también se convierte en un símbolo del fracaso gubernamental en garantizar el derecho más básico de todo ciudadano: el derecho a la vida.