Una reciente resolución aprobada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha generado controversia entre varios sectores en los países miembros. Según reportes, la medida obliga a los Estados firmantes a incrementar el gasto público destinado al área de salud mental e incorporar conceptos vinculados a la identidad de género y el género no binario en sus políticas nacionales.
La resolución crea un fondo regional que compromete a los países firmantes a realizar aportes anuales y a aumentar el presupuesto en salud mental dentro de sus Ministerios de Salud. Además, introduce como lineamientos conceptos ideológicos como “identidad de género” y “género no binario”, que deben ser considerados en el diseño de políticas públicas.
Uno de los puntos más críticos, según analistas, es que esta resolución implicaría una cesión de soberanía en materia de salud mental a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ya que las decisiones futuras de la OEA en este ámbito serían de carácter vinculante para los Estados miembros.
La medida ha sido calificada por algunos sectores como una imposición ideológica que trasciende los marcos constitucionales y las realidades culturales de cada país. No obstante, defensores de los derechos humanos y organizaciones sociales han manifestado que este tipo de acciones buscan garantizar mayor inclusión y protección de poblaciones vulnerables, particularmente en el ámbito de la salud mental.
Hasta el momento, gobiernos de varios países no se han pronunciado oficialmente sobre la implementación de esta resolución.